La doctora Graciela Vizcay Gómez junto al doctor Joel Filártiga.
Por Graciela Vizcay Gomez
Cómo escribir con el alma en pedazos amigo Joel. Si solo nos hemos reido y divertido a costa de los innombrables ignorantes de tu país y del mío. No me has preparado para llorar en nuestra larga lucha contra los agrotóxicos y la maldita soja que mata a tantos en Paraguay como en Argentina.
Hoy viernes 5 de julio, a la edad de 86 años falleció en Asunción el Dr Joel Holden Filartiga. Mi amigo, otro guerrero contra el Agrocidio como mis compatriotas que le antecedieron en ese viaje: el biólogo Dr Andrés Carrasco, y los pediatras Rodolfo Páramo y Hugo Gómez Demaio, La perdida es inconmensurable.
Sorprende leer que te recuerdan como el ferviente opositor del genocida Stroessnerquien asesino a tu único hijo varón, de solo 17 años, en venganza por tus viajes a USA donde denunciabas los crímenes de lesa humanidad que cometía el tirano paraguayo. Pero Filártiga fue mucho más que eso. Esa no fue tu única lucha. Perdió una hija que nació con múltiples malformaciones a causa de la exposición a los venenos del campo y allí otra pelea contra esos biocidas comenzó a la par del pedido de justicia por la muerte de su hijo Joelito.
Fueron con el Dr José Luis Insfrán ambos precursores de la lucha en Paraguay contra el modelo de Monsanto. Todo lo que vino a posterior fue porque ustedes abrieron los ojos a la matanza en los sojales y alrededor de las fábricas de veneno como Chemtec en Ñemby que mató y enfermo a todo un barrio y que aún hoy exige justicia, y donde siguen enterrados restos de agrotoxicos que envenenaran a generaciones futuras.
Un niño como Silvino Talavera fue asesinado, envenenado por un fumigador en el patio de su humilde casa. No era el hijo de un político, era un niño humilde que vivía pegado al campo de soja, por eso a nadie le importo y hay decenas de Silvinos bajo tierra. Compartimos reuniones, y grandes charlas con políticos, médicos, afectados, la madre de Silvino y quien suscribe, con la música de Los Corales en el departamento del Dr Filártiga en el Edificio "El Alto" , sobre las calles Fulgencio R. Moreno 686 c/ Antequera en Asunción. Desde allí organizabamos los recorridos por las radios amigas como Ñanduti, con el Pai Oliva en Radio Fe y Alegría, en el programa en guaraní Ñande Rekoha, que se transmite en Radio ZP28 de Caacupé y en los medios como Nova Paraguay. Charlas en la Universidad de Asunción, en escuelas de Ñemby y ante refugiados paraguayos en Argentina.
El Dr Filártiga repetía "Me duele mi pueblo, me duele la soja..." Los casos de mielomeningocele en niños nacidos vivos, el agua de varias comunidades envenenada, y la quema de ranchos para tomar posesión de las tierras de los campesinos, a la fuerza, y hasta la matanza de Curuguaty, cuyo legado dejó un total de 17 muertos y la destitución del presidente paraguayo Fernando Lugo, ocurrida el 15 de junio de 2012, todo te movilizaba, te indignaba y desde ese momento las instituciones de Paraguay perdieron el control de la soberanía. Pasó a ser gobernada por USA. Y era evidente. Paraguay nunca estuvo a la altura de semejante leyenda. Nunca. Hasta el dia de hoy sus libros, sus exposiciones y su película donde Anthony Hopkin lo interpreta, son censuradas en su país. Un país que no aprendió nada, con un gobierno de facto, paso a un gobierno dibujado, un golpe sojero lo convirtió en la Colonia yankee, como ejemplo para Brasil y Argentina, cuyo proceso aún no termino.
"Puede afirmarse que por año aparecen 30 nuevos casos de enfermedades hematológicas por cada millón de habitantes y como en Paraguay somos aproximadamente siete millones de habitantes, doscientos diez casos nuevos de leucemias y linfomas aparecen por año” afirmó el Dr José Luis Insfrán, su compañero de luchas, quien por informar esto pidieron desde las altas casas de estudios hipócritas, al servicio de las multinacionales "una sanción ejemplar”.
Y allí estaba en su defensa el Dr Filártiga y los que conocíamos y comulgamos con su lucha.La consigna era "no callar" seguir gritando la verdad, y aun en su silla de ruedas la fuerza de Filartiga era superior a cualquier "pichi" del Senave, el organismo que decide quién debe morir y a quien hay que envenenar.
Los sojeros brasileños se apoderaron de las tierras con verdaderos mercenarios militarizando los sembrados , bajo la connivencia del gobierno servil paraguayo, narcotraficante y lamebotas de los yankees a través de USAID, cuya única preocupación es el Zika, mientras los muertos por fumigaciones son centenares en Paraguay. Su ayuda hipócrita es solo vasallaje "Hacer que no hacen nada".. La embajada al mando de los políticos mercenarios dirigiendo al país a través de túneles que cruzan desde la embajada directo a los escritorios de los vendepatrias. Asi los describió un chofer y no tengo porque dudar de esos dichos cuando es USA la que gobierna Paraguay junto a los brasileños sojeros que se han repartido las mejores tierras de Paraguay y desdibujaron la frontera, achicando la soberanía paraguaya. Nadie hace nada, todos genuflexos desde el presidente hasta sus ministros que no dudaron en quitar del medio a Lugo.
"Me duele mi país.."repetía el Dr Filártiga, un país que no lo merecía, un país que hizo lo imposible por borrarlo de la historia y solo consiguió engrandecerlo aún más. El juicio en Usa contra los asesinos de Joelito tarde o temprano deberá ser pagado a los herederos Filartiga. Ni el tiempo ni la censura opacaran su memoria.
El artista, el médico de los pobres, la leyenda que supo conspirar para matar a Stroessner, que salvó a tantos refugiados del gobierno de facto de Argentina, también nos abrió los ojos sobre el "proyectil soja" y la "Guerra bioalimentaria". Y describió la realidad de su país de forma tajante. Nada ha cambiado desde el gobierno de facto al desgobierno :
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El esquema favorece el sistema de dominación imperante, corrupto y prebendario, pues nada hay mas manejable para quienes carecen de escrúpulos que una población ignorante, hambrienta y sin recursos alimentarios propios.”Buen viaje amigo, en algún lugar estás fundido en un abrazo eterno con Joelito, y eso logra amortiguar un poco mi tristeza.