1 ¿Cómo y por qué empieza su lucha contra el uso del glifosato?
–Viajar a Rosario para cursar en la universidad me acercó al tema y a mis raíces. La impotencia de ver cómo le mienten a la gente me llevó a denunciar el engaño de la siembra directa, los transgénicos y los cócteles de plaguicidas que se usan. Esa impunidad de fumigar a cualquier hora y pasearse en las máquinas fumigadoras por el medio de las zonas urbanas es un atropello a la vida.
2 ¿Qué le diría a quien desconoce sus efectos?
–Que tengan precaución. Que no confíen en el marbete ni la creencia de que es inocuo. El Round Up en todas sus formulaciones y aun el glifosato puro causan muerte celular y como otros plaguicidas altera el sistema hormonal. Aunque lo nieguen, se probaron efectos adversos en todas las categorías estándar de toxicología. No existen límites de exposición sin efectos por su ubicuidad.
–Intercambiamos información y compartimos jornadas, pero no pertenezco a ninguna asociación. Algunos concuerdan otros no con el amparo presentado por la Aadeaa. Creo que es una oportunidad para que la justicia demuestre que el principio de precaución prevalece sobre los intereses económicos. El derecho a la salud no es sólo tener acceso a la atención sanitaria sino además evitar que la salud sea dañada. Es una obligación del Estado plasmada en la Constitución Nacional.
4 ¿Este trabajo le reportó enemig@s?
–Mis escritos molestan, especialmente en mi provincia, en Santa Fe. Es mejor hostigar, desacreditar y censurar que reconocer que no tienen idea dónde están parados, políticos, contaminadores y técnicos del disparate. Dejarlos en evidencia es desnudar su inoperancia, por eso mis denuncias los sacan de quicio.
5 ¿Qué hace falta para que se tome conciencia?
–Gente idónea para educar en todos los niveles, educar para la vida, para “calidad de vida”. La Constitución Nacional y la Ley Nacional del Ambiente 25.675 son remedio suficiente para las denuncias, pero muchos jueces no demuestran el principio “iura novit curia” (el juez sabe el derecho). Olvidan que el ambiente también es de ellos, de sus hijos y de los hijos de sus hijos.
6 ¿Está de acuerdo con la afirmación de que el campo es “machista y patriarcal”?
–La conducta machista hoy está mal vista, la estructura patriarcal persiste, en todos los ámbitos. La búsqueda de una sociedad más igualitaria es solo un paso. Acá se confunde campo con soja y El grito de Alcorta con la derecha golpista. El Gobierno con su doble mensaje da y quita pero aún no corta con el modelo, un modelo que colapsó frente a los agricultores, al consumidor y al ambiente. Algo previsto hace años por intelectuales de la talla de Miguel Altieri y Walter Pengue.
7 Se suele plantear el dilema progreso-producción/ medio ambiente. ¿Se puede producir sin hacer daño?
–Se puede. La agroecología es una alternativa, sin fertilizantes ni agrotóxicos. Los resultados superan ampliamente al 10 por ciento que reporta la producción actual. Introducirla en las universidades elevaría el porcentaje, pero se educa para el agronegocio. El modelo productivo actual es insostenible. La ciencia está en crisis, el descrédito en el que han caído muchos científicos por estar al servicio de las corporaciones es que han olvidado su esencia. Una telaraña que encierra universidades con becas y donaciones, medios amordazados, justicia ciega y un abismo entre la realidad del gobernante y el gobernado, el equipo perfecto funcional a las multinacionales.
8 ¿Qué ve cuando se encuentra con mujeres, hombres, niñ@s expuestos al glifosato?
–Primero incredulidad, luego asombro y al final miedo. Habría miles de denuncias si la gente no tuviera miedo a perder el trabajo, los amigos o a ser señalado. Hay personas que asocian su enfermedad con las fumigaciones, pero se resignan a seguir respirando veneno porque no tienen adónde ir. Los técnicos les niegan la toxicidad de lo que se está aplicando y algunos médicos no firman los certificados ni realizan los análisis necesarios. Las patologías respiratorias, cáncer y la discapacidad en aumento son alarmantes.
9 Si mañana pudiese asumir algún puesto político, ¿qué medida tomaría de modo inmediato?
–No está en mis planes la política. No hay estado de derecho sin derecho a la información, es imperioso que la Comisión Investigadora sobre la utilización de Agroquímicos explique qué hizo a un año de su creación. Poder consultar los listados de las sustancias permitidas en el país, con un click, buscar glifosato en la web del Senasa es decepcionante. Consultar qué laboratorios intervienen en la aprobación, cuyo método por analogía entre sustancias abren la puerta para que nos usen de cobayos. Revisión de las resoluciones 167/1996 de autorización de la soja transgénica resistente al glifosato, y la 412/2002, que evalúa la inocuidad de los alimentos derivados de OGM. Esta última exige estudios traducidos al idioma castellano que la primera pasa por alto, y se basa en el principio de equivalencia sustancial considerado insuficiente desde 1998. En el 2000 se recomienda su revisión y en el 2001 es dejado de lado por la Unión Europea que lo plasma en un reglamento formal en 2003. El Grupo de Acción Intergubernamental Especial sobre Alimentos Obtenidos por Medios Biotecnológicos, creado por el Codex Alimentario, consultado para su redacción, fue revocado en el 2008. La biotecnología avanza, la legislación no. ¿No es conveniente o es la seguridad jurídica que exigen? Los consumidores tenemos derecho a una información cierta, clara y detallada.
10 ¿Qué recuerda de Romang, su localidad, antes de que llegaran el glifosato y la siembra directa?
–Los campos de algodón, la gente saliendo de madrugada con su maleta de cosechar. La desmotadora y la fábrica de harina de maíz funcionando en todo su esplendor, hoy cerradas. Los campos azules de lino, huertas por todos lados con sandías y zapallos enormes. Trigales, maíz y girasol. Molinos de viento con bebederos rodeados de vacunos. Diversidad, que se fue convirtiendo en monocultivo.-
*Graciela Gómez es abogada y escribana especializada en Derecho Ambiental. Desde que comenzó sus denuncias contra los pools de siembra que contaminan el ambiente y a los vecinos de localidades rurales del norte de Santa Fe, fue amenazada en reiteradas oportunidades, además de sufrir el hackeo de su sitio web y otros espacios de noticias que difunden sus investigaciones.
Fuente: Diario Página12