Escrito por Dra Graciela Gomez
Miércoles 6 de abril de 2011
“El título es perfecto: “Cómo el asalto de la industria amenaza a su salud" . Está sucediendo. Es real”. Erin Brockovich.
Vivimos en épocas donde el sistema normativo está roto, donde la desinformación y la mentira descarada están al servicio del poder. Hace unos meses el blanco fue el científico francés Gilles Séralini, por estos días el enemigo a atacar es el Dr. Andrés Carrasco. Una intensa campaña para desacreditar su investigación, después de haber sido publicada en el Chemical Research in Toxicology.
La campaña se intensificó el pasado martes 22 de marzo cuando los científicos de Monsanto, Syngenta y Dow Chemical han emitido en la misma revista, una carta para menospreciar el trabajo del investigador argentino. "El glifosato no causa efectos adversos sobre el aparato reproductor de animales adultos o defectos de nacimiento en los hijos. Muchos estudios se han realizado en todo el mundo sobre los efectos teratogénicos de glifosato. Todos han demostrado que el glifosato no presenta ningún problema serio”
Según los científicos de Monsanto & Co, el equipo de Carrasco utiliza modos de exposición irrelevantes y anormalmente altas dosis de glifosato. En otras palabras, el herbicida se inyecta directamente en los embriones para estudiar. Esto no se corresponde con la realidad.
La respuesta del investigador no se hizo esperar: "La carta ilustra la creciente tensión que se encuentra hoy en el diálogo de los investigadores que tienen un gran interés en la venta plaguicidas , en este caso el glifosato .También en todos los investigadores independientes que deseen simplemente probar el impacto en la salud de estos productos”.
La clasificación guía de recomendaciones de plaguicidas de la OMS de 2009 se basa principalmente en un estudio de 1994, que contiene 180 informes suministrados por Monsanto. Entre ellos, 150 no fueron publicados y por lo tanto no han sido sometidos a revisión por pares. Los autores de la carta, han evitado discutir por ejemplo que las empresas a las que representan no están obligados a revelar la composición o la toxicidad de los coadyuvantes usados en formulaciones comerciales, que están protegidas como secretos comerciales y estas sustancias del Roundup permiten la absorción, que sería imposible sin estos aditivos.
Pero lo más gracioso y repudiable es la desinformación a los medios proveniente desde la Sociedad Rural de Rosario, que algunos distraídos levantaron como sagradas palabras de apoyo al veneno que sueñan con beatificar.
La reunión de la Comisión Europea plasmada en las directivas distan mucho de decir “la UE apoya al glifosato” como si el sospechoso de la supuesta caza de brujas hubiera sido liberado de culpa y cargo, cuando el herbicida apenas fue sobreseído de forma provisional . Lo que indica que lejos del análisis de científicos independientes, esta decisión solo se efectúa sin haberse llegado al estudio del fondo del asunto.
¿Está la Comisión al corriente de los resultados de esta investigación? ¿Puede indicar la Comisión de qué forma ha tenido en cuenta esta cuestión a la hora de elaborar su política relativa a los OMG, especialmente en lo que respecta a temas de coexistencia y de autorización de nuevas variedades?
Fueron algunas de las preguntas escuchadas en el recinto de la Comisión y que nadie publica. La respuesta desde el organismo fue que “Sobre los riesgos sanitarios del glifosato, el ingrediente activo de Roundup, el herbicida más vendido en todo el mundo, la Comisión está estudiando el tema y se abrió de nuevo el examen de su aprobación , que estaba prevista originalmente para finales de junio de 2012, de conformidad con la Directiva 91/414/CEE , revisado por la Directiva 2001/99/CE”.
En concreto se precisó que : "En cualquier caso, un programa de revisión de sustancias activas incluidas en el anexo I de la Directiva 91/414 modificada, entre otros por la Directiva 2001/99, cuyo plazo de aprobación está cerca expirar, es actualmente objeto de debate y este programa incluye glifosato”.
“Nos sorprendió que la UE, sólo dos días antes de ser publicada la Directiva 2010/77/EE que modifica la Directiva 91/414/CEE en relación con las fechas de caducidad para su inclusión en el anexo I de determinadas sustancias activas, establece que la fecha de caducidad para el registro del glifosato se aplaza hasta el 31 de diciembre de 2015 (número 25 del anexo I)” fue otra de las preguntas que se dispararon en la reunión.
Pero además ¿Cuál de estos dos fechas realmente se aplica? Si el aplazamiento hasta 2015 es válido, ¿Cuál es la razón de la respuesta diferente dada a sólo dos días de la publicación de la Directiva? ¿Se debe esto a una negligencia o a un lapso de tiempo o es intencional? ¿Va a dar una explicación clara de los criterios por los que se juzgó conveniente aplazar la retirada de la sustancia glifosato peligrosos hasta el año 2015?
¿Va a emprender de inmediato un nuevo análisis de riesgos para el glifosato sobre la base de los datos científicos más recientes, como he mencionado en mi pregunta anterior?
John Dalli, Comisario Europeo de Sanidad y Política de Consumidores en nombre de la Comisión respondió:
“La Directiva 91/414/CEE establece que al término del período de aprobación de una sustancia activa, la renovación se concederá por el período necesario para completar una revisión cuando una solicitud se ha hecho para la renovación de tales con la suficiente antelación y, en cualquier caso, no menos de dos años antes del período de inclusión se debe de tener efecto. La Comisión ha recibido solicitudes de renovación de las inclusiones de sustancias para las que el período de inclusión va a expirar en 2011 y 2012, entre ellos el glifosato. Por lo tanto, a fin de permitir la definición y realización del programa de renovación, ha sido necesario posponer las fechas de vencimiento de inclusión con 2010/77/EU Directiva para todas las sustancias en cuestión”.
“Como complemento de esa decisión, la Comisión ha adoptado un acuerdo con el procedimiento establecido en dicho Reglamento, el expediente de renovación de glifosato tendrá que presentarse el 31 de mayo de 2012, para permitir la re-evaluación de la sustancia que se llevará a cabo a la luz de los nuevos criterios establecidos en el Reglamento (CE) N° 1107/2009 que será aplicable a partir del 14 de junio de 2011”.
La investigación fue motivada por los informes médicos de los altos índices de deformidad al nacer en las zonas agrícolas de Argentina, donde extensas áreas están dedicadas al monocultivo de Monsanto Roundup Ready (RR) de soja genéticamente modificada, que es regularmente rociado desde el aire. Por lo tanto la Sociedad Rural de Rosario, miente.
Poco después de que el libro “La duda es su producto” se publicara, donde David Michaels narra los "trucos del oficio" que los científicos mercenarios y empresas emplean para retrasar o impedir la regulación de productos químicos que matan, la Unión de Científicos Preocupados de EEUU publicó una encuesta diciendo que alrededor del 60% de los científicos encuestados de la EPA habían experimentado personalmente la interferencia política con su trabajo en los últimos cinco años. Michaels es un epidemiólogo y director del Proyecto de Conocimiento Científico y Políticas Públicas en la Escuela George Washington de Salud Pública. En una entrevista realizada por Plemmons Andrew Pratt en 2008 para la Oxford University Press, esto decía Michels :
“Toman un estudio positivo y hacen una revisión de la literatura donde se entierra el estudio positivo en una masa total de basura lo que lo hace parecer que no hay nada allí”.
“No fue la ley aprobada por el Congreso a finales de 1990 llamada Enmienda Shelby que le da el acceso del público a cualquier estudio realizado por el gobierno o por científicos de la universidad. Lo que ha ocurrido es que las empresas han conseguido estos datos en bruto y científicos mercenarios pagados para volver a analizar los datos y hacer que los resultados positivos desaparezcan”. “La FDA también entiende que la interpretación realizada por los científicos pagados por las compañías farmacéuticas no pueden ser absolutamente confiable”.
Uno de los argumentos que siempre es utilizado es que la cantidad de pesticida en el blanco es insignificante. Ahora "en blanco" podría estar en el aire, el agua, la lluvia, o en el tejido mamario. Todo es "insignificante". Entonces lo que hacen es atacar al atacante, destruir su credibilidad. "No es revisada por pares, no usaron ranas suficiente o ratones".
Dawn Forshythe la ex gerente de asuntos gubernamentales de Sandoz Agro Inc., hoy llamada Novartis, dirigió el primer comité de la industria de los plaguicidas para investigar las alteraciones endocrinas antes de irse a finales de 1996. El productor de “Engañar con la naturaleza " la entrevistó en el año 1998 para Frontline-PBS y esto dijo: “Todas las pruebas que se han desarrollado desde 1960 se basan en la relación dosis-respuesta: "la dosis hace el veneno". Con las alteraciones endocrinas, y los efectos neonatales o el desarrollo, esto es algo que ni siquiera entienden. Ninguna compañía química tuvo un endocrinólogo en el personal. Tienen toxicólogos que se suscitaron en la década de 1960, 1970, fueron educados entonces, buscando acabar con el cáncer y punto”.
Nos decían que "No se puede decir que es un disruptor endócrino, debería llamarse “modulación endocrinas porque disruptor tiene connotaciones negativas. La preocupación fundamental que tienen es que se van a encontrar pesticidas que son disruptores endocrinos, y con el tiempo los van a tener que sacar el mercado” concluyó Forshythe . Y de entonces a la fecha nada cambió.
La táctica es demorar, y entre ellos el proceso llamado "nuevo registro" donde la EPA tiene que volver a aprobar todos los plaguicidas, y reveer sus efectos en la salud. Si usted como empresa puede aguantar todas las pruebas, tiene un par de décadas antes de que el plaguicida sea considerado peligroso. Así que la táctica es usar todo lo que esté a su alcance para retrasar y mantener al público confundido.
El loobie puede más que la salud y que la vida. La ética científica se ha perdido y la avaricia supera todo límite. La integridad científica no existe.
La ciencia chatarra y sus defensores todavía no aprendieron que todo lo referente al glifosato es el resultado de una frase de Alfred Adler: “Una mentira no tendría sentido si la verdad no fuera percibida como peligrosa”.-
Fuente: Asociación Argentina de Periodistas Ambientales (AAPA)-Mwdio&medio
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por tu opinión!