Lunes, 31 de Enero de 2011 12:00
Lejos de sonreir los muchachos de la mesa enlazada siguen en caída libre, sin apoyo en los actos, peleándose entre si y con Bussi coqueteando con sectores del gobierno tal vez añorando las épocas donde repudiaba la sojización y declaraba para el libro “El mundo según Monsanto”
Siguen sin saber quiénes son y dónde están los necesitados y marginados. No les cayó nada bien la nueva categoría del precio FAS teórico del trigo que a la categoría “trigo pan” le suma ahora la llamada “trigo pan baja proteína”. El Fas teórico es el precio internacional del grano menos las retenciones y los gastos en puerto. Desde la Sociedad Rural expresaron que es una idea retrógrada subsidiar a los 40 millones de habitantes y a todos los turistas del mundo que nos vienen a visitar para consumir carne y pan baratos.
Por estos días algunos exportadores compran trigo al precio FAS teórico a cambio de fertilizantes. Se resisten a perder un centavo cuando nadan en la abundancia. Lo más bochornoso de sus últimas andanzas fue el escrache frente a la empresa Cargil.
Ninguno de estos “SojaStereo” hizo un escrache frente a Nidera, frente a Monsanto, frente a La Huella o Dow. Tampoco se quejan de los subsidios para los feedlot y de la leche algo que parecen tener bien controlado.
Queriendo minimizar la vergüenza del trabajo esclavo salieron todas las voces a desmentir la evidencia abrumadora. Confundir al lector diciendo que el trabajo en negro no es trabajo esclavo y ocultando información como sucedió en el sur de Santa Fe donde todas las pruebas desaparecen por arte de magia ante una inspección y donde la única verdad es la realidad: es el que más trabajo esclavo ocupa. Con banderilleros incluídos, rutas usadas como pistas de aterrizaje por los aeroaplicadores, casas pegadas a la soja, y donde se acuerda con los habitantes en forma ilegal no fumigar a 50 metros de sus cabezas. Allí la ley es la excepción y la violación a la norma es la regla.
La Colonia mocoví La Lola un feudo a minutos de Reconquista donde los niños tienen ronchas en su cuerpo, los adultos malestar estomacal y gallinas muertas después de cada fumigación. La explicación que dan es que “debe ser un virus y los mosquitos”.Una excusa absurda que cambia año a año cuando se denuncia lo que sucede allí. Solo falta descorrer el velo, algo que los medios amordazados no están dispuestos a descubrir, por eso publican en primera plana lo que pasa en Buenos Aires mientras en su propio ombligo la verdad lucha por salir a la luz y es asesinada cada día por alguna peleíta partidaria que tiene la tapa asegurada.
Una nueva preocupación les llegó estos días a los patrones con otra plaga que resiste al herbicida estrella: el yuyo colorado. Desde Bandera Santiago del Estero la noticia corrió como reguero de pólvora, esa suerte que no tuvo la muerte de la beba Julieta Sandoval, porque la vida no tiene valor y los pobres no salen en los diarios.
- "Nunca vi yuyo colorado que sobreviva a dos aplicaciones de 2.5 l de Roundup Full , (…) para controlar yuyo colorado con la mitad de la dosis bastaría" manifestó un productor, sin embargo la plaga seguía allí riéndose del glifosato.
Tal vez siga la misma suerte del sorgo alepo del cual el trabajo del Dr Walter Pengue deja bien claro que la intensificación de este modelo agrícola dio y va a seguir dando respuestas a esa presión con nuevas plagas cada vez más resistentes .
Aún así se sigue adorando al tótem-bidón de 20 litros cuando todo indica que el herbicida cayó en desgracia por desuetudo, dicho en criollo “por ineficacia”.
Este bumerang de la naturaleza es del género del amaranto una planta que podría alimentar a la humanidad. Que soporta la mayoría de los climas y no tiene ningún problema con insectos ni con enfermedades. Pero el forraje da más dividendos que el alimento por eso el cuento del trigo es que no reditúa como el yuyito.
Disminuir el uso de glifosato y rotar cultivos sería una forma de bajar la aparición de malezas tolerantes. Pero los herbicidas nuevos con nombres de guerra: “Transorb II” “Command” ,”Challenger””Misil II” una mezcla de dicamba +metsulfurón para el trigo clase III, y Tordón cuyo ingrediente activo es el picloran, clase III. No es otra cosa que el 2-4-D del agente blanco maquillado usado en Vietnam y tal vez, porqué no también estén usando el 2-4-5-T que está prohibido. Como podrán apreciar las mezclas y la clasificación aumentan. De la banda verde se pasó a la banda amarilla porque la resistencia es cada vez mayor. “La lucha contra las plagas es fútil” está perdida, dijo el Profesor Miguel Altieri y no se equivocó.
Dupont sigue promocionando su glifosato con mentiras como que “Se inactiva en contacto con el suelo, quedando fuertemente retenido, lo que hace improbable la contaminación de napas freáticas o cursos de agua” contradiciendo el informe de la UNL que expresa en forma categórica que “Existe riesgo potencial de transporte de glifosato y del metabolito AMPA a las aguas subterráneas y superficiales (…)”y arriesgándose a un juicio por mendacidad al consumidor. Algo que bien conoce Monsanto.
Bayer CropScience por su parte aprovechó la feria internacional Agroexpo 2011 de España, para promocionar el nuevo herbicida para el cultivo del arroz, Nominee y cuyo registro está previsto en breve. Algo sorprendente porque nuestro país pionero en aprobar venenos, con ese producto experimentó durante tres años en arroceras de Argentina, publicado en la revista Producción en octubre de 1999. Las pruebas continuaron en el Pilar Golf Club, entre Octubre y Diciembre del año 2005, con el objetivo de comprobar los efectos del herbicida. “El ensayo se realizó en el mismo club, que gentilmente prestó sus instalaciones, personal y maquinaria para las aplicaciones”.
La avaricia sin límites incluye actores inesperados que se convierten en cómplices del agrocidio y del laboratorio donde seguimos siendo cobayos a la fuerza. Solo el amaranto y todas las hierbas de su género se ríen del glifosato .En su humillación los chacrers no logran comprender el humor de la noble plantita “La marante”, que en francés significa “la graciosa”.-
Fuente: Asociación Argentina de Periodistas Ambientales (AAPA)-Medio&medio
