Por Dra Graciela Gomez
Me pregunto como periodista ambiental, más allá de mi profesión de escritora, crítica acérrima y constante de eso que se entromete entre mi palabra y la gente, entre la verdad y la hipocresía, entre el oficio y la tilinguería, entre ese "correr el velo" de la estupidópolis , llamese política, llamese militante administrativo, carente de ideología.
Mucho tilingo/a comunicador, mucho comemicrófonos y muchos medios en manos de ignorantes mercenarios obsecuentes del político de turno, esponsores detestables y amordazantes del mercado. Toda una jungla de pusilámines con cartel de comunicador social, cuando en realidad son una máscara facial de la realidad del país. Un maquillaje que dista mucho de lo que vemos publicado en ese gran Trust de mediocres masivos de la incomunicación, que se hace llamar prensa, pero que en realidad es una presa más de la telaraña que pretende encerrarnos hace décadas, en un monocultivo mental en el que ya hemos perdido a promesas intelectuales que tienen el chaleco de fuerza incorporado.
Pobres tontos, cediendo al sueldo sus principios, renunciando a sus sueños, esclavos de la pluma sucia, siendo tristes expectadores de la historia que los devora.
"No sólo se atenta contra la democracia asesinando al periodista sino también cuando nuestra dirigencia hace callar a los periodistas, medios de comunicación, organizaciones e instituciones, o, incluso, a personas que han adquirido la connotación de líderes de opinión para ocultar la verdadera realidad de las cosas, incurren en una variante de lo que hoy se denomina matoneo, podríamos denominarlo “matoneo periodístico” o “matoneo a la opinión”.
Así definió ese estado de supresión, el "Movimiento Cívico Conciencia Ciudadana" de Colombia, indignado ante el atentado contra Ricardo Calderón, periodista de la revista Semana. También hacen referencia a ese accionar que intimida y presiona pero "sin dejar huellas".
Teniendo en cuenta que el callar ante las intimidaciones y presiones, por conveniencia, es estar “muerto en vida”, presionado para callar, para que mutilen tus artículos, para elegir qué conviene publicar y qué no, para que se desinforme, se mienta y se pierda la ecuanimidad.
La muerte del medio gráfico, ocurríó por homicidio culposo, "por negligencia, imprudencia e impericia en su arte o profesión". La asesinó la metrópolis solo con un chip disparado desde un enter.
Sin embargo el buen lector sigue apreciando un buen libro, que tiene vida para rato, porque como diría la Wolff : "Es mucho más fácil matar a un fantasma que a una realidad". Esa realidad que comienza todos los días, pero que nació hace rato, deforme, por eso no conoce la luz.-
Foto: Filmando en Coronel Suarez para un relevamiento de escuelas rurales.
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