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viernes, 2 de octubre de 2015

Glifosato: El fin del Instituto Federal de Evaluación de Riesgos (BfR)


Se acercaría el final del Instituto de Evaluación de Riesgos alemán y porqué no decirlo, de poner un "colchón de aire fresco" al SENASA, ambas instituciones estériles, cuyas auditorías son razón suficiente para un descrédito palpable y un inexcusable cierre por ineptitud .

Por Dra Graciela Vizcay Gomez

Si bien el BfR depende del Ministerio Federal de Agricultura y Alimentación (BMEL), goza de independencia, respecto de sus evaluaciones científicas y de investigación. Pero aquí vamos: ¿el Ministerio también es sobornado por Monsanto? ¿Permite tal vergüenza y desacreditación de un órgano que depende del ministerio? Lo mismo cuenta para nuestro SENASA, bajo la órbita del Ministerio de Agricultura, que a su vez es apretado bajo el pulgar de otro Ministerio más poderoso e incidioso como lo es el de Ciencia y Tecnología.

Las decisiones que nos preocupan están lejos de la Argentina, pero es la base firme para decantar de una buena vez y que por efecto dominó, ésa resolución ponga a trabajar a todos los gobiernos del mundo.Siempre y cuando tengan interés legítimo en proteger la salud, la alimentación, el agua y a las generaciones futuras, no incluídas en los planes de gobierno de ningún candidato.

Lo que menos parece importarle al Instituto Federal de Evaluación de Riesgos (BfR) es la evaluación e identificación de nuevos riesgos para la salud, que el mundo entero ya conoce, llamado Glifosato. Calificado como: 2A “probable cancerígeno para los seres humanos” significa que hay pruebas limitadas de efectos carcinógenos en humanos y pruebas suficientes en animales.¿Tan difícil es entenderlo?¿cuántos más deberán morir para aplicar de una buena vez el Principio Precautorio?

El informe es lapidario en cuanto a los casos de EE.UU., Canadá y Suecia en personas con exposición ocupacional, motivo suficiente para prohibirlo ya.

Todo organismo vivo se resiste a soportar este veneno diez años más, considerándose como inocuo cuando no lo es, dilatando el genocidio, con la venia de la Oficina Federal de Protección al Consumidor y Seguridad Alimentaria (BVL), el Instituto Federal de Seguridad y Salud Ocupacional (BauA), todos asesorados por el mismo BfR, que incluso coopera con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria, (EFSA), mientras el Ministerio Federal de Agricultura y Alimentación (BMEL) se hace el distraído.

No hay ni la hubo otra respuesta más evidente: el lobby y los sobornos de Monsanto están a la orden del día. El mandato es ignorar a la misma Organización Mundial de la Salud (OMS), a la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) y a cuanto gobierno se interponga, en aras de extender diez años más el uso en Europa, del veneno de mayor uso mundial en cultivos, jardines y alimentos, contaminando la comida, agua y biodiversidad, que nos está matando en cámara lenta.

A fin de año es la fecha para extinguir o renovar su autorización, lamentablemnente las leyes europeas ya fueron violadas en el año 2012, cuando debió tratarse el tema. Se arrojó la pelota hasta el 2015 y estando a escasos 90 días de la extinción del año en curso, la única novedad es que sabemos que el herbicida es probable carcinógeno, pero el instituto alemán está bajo sospechas claras: forrado de billetes provenientes de la multinacional, pondrá en riesgo a la Unión Europea y con ella a todo el planeta.

Es la materia de debate en el Bundestag, ya que Alemania es el responsable de la nueva evaluación, y hace escasas horas, unos 6700 científicos presentaron un listado de firmas a los diputados, oponiéndose a la renovación, antes de que comience la audiencia.

Con la cara de piedra que los caracteriza el Presidente del BfR, Andreas Hensel, sigue sosteniendo que el proceso de aprobación actual aún no ha concluido. "Me llena de preocupación si se sospecha de que el BfR es afectado por la economía o la política" sostuvo, recordando la independencia del organismo, pero se olvidó de las “donaciones” encubiertas, por llamarlas de alguna manera.

El experto de la OMS, Ivan Rusyn, criticó el porqué algunos estudios realizados en animales no se incluyeron en la evaluación de la BfR , que supuestamente ya envió su evaluación que se basa en los hallazgos de los estudios de la multinacional a Bruselas. Es que la IARC ha evaluado muchos pesticidas durante los últimos 40 años bajo procedimientos muy rigurosos. Ello es ampliamente reconocido como la “evidencia científica más autorizada” para que las autoridades puedan crear una legislación protectora.

La Comisión Europea propuso una renovación de la autorización hasta fines de junio 2016, para dilatar una vez más, violando nuevamente, el Reglamento (CE) N°1107/2009 del Parlamento Europeo y del Consejo, que en su art. 8 expresa que :-“El objetivo del presente Reglamento es garantizar un alto grado de protección de la salud humana y animal y del medio ambiente (…) Debe prestarse especial atención a la protección de grupos vulnerables de población como, por ejemplo, las mujeres embarazadas, los lactantes y los niños. Debe aplicarse el principio de cautela y el presente Reglamento ha de garantizar que la industria demuestra que las sustancias o productos producidos o comercializados no tienen efectos nocivos en la salud humana o animal ni efectos inaceptables en el medio ambiente”; so pretexto de un poco más de aire para evaluar las diferentes opiniones. Opiniones y pruebas sobradas en contra del veneno, que ya no saben como “pulverizarlas”.

Conductas que tipifican claramente en el artículo N° 245 del Tratado del Funcionamiento de la Unión Europea: cuyo precepto es :“Los miembros de la Comisión (...). En caso de incumplimiento de dichas obligaciones, el Tribunal de Justicia, (...) podrá, según los casos, declarar su cese en las condiciones previstas en el artículo 247 o la privación del derecho del interesado a la pensión o de cualquier otro beneficio sustitutivo”.

En el Bundestag, es claro que no fue, ni será, el último debate sobre el glifosato. Allí y aquí es una decisión política la que terminará con el asesino silencioso, y no los alquimistas, ni el BfR, mucho menos el SENASA.-

Fuente: AAPA-BsAs-Argentina

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