Por Nova
Encuentro en el Vaticano. Graciela Gómez con el Papa.
"Estas son pruebas del desastre ambiental y sanitario que produce la soja en la Argentina", le dijo la abogada ambientalista Graciela Gómez al Papa Francisco cuando fue recibida en el Vaticano.
El Sumo Pontífice tomó el sobre con la información de manos de la letrada, que viajó especialmente a Roma luego de tramitar la audiencia a través de la Nunciatura Argentina y, desde Roma, gracias a la colaboración de la socióloga Rita Ghiringhelli, a quien conoció en Venecia en una jornada de junio pasado.
Entre las denuncias locales e internacionales realizadas por Gómez se incluyeron en la carpeta entregada al Papa estudios científicos internacionales y cartas, incluida la de la familia afectada por las fumigaciones en el distrito bonaerense de Alberti.
Allí, la docente Cristina Monsalvo le relató al Papa Francisco que "en el año 2006 hemos sido afectados por las aplicaciones con venenos tóxicos a solo cinco metros de nuestra puerta trasera. En el año 2011 mi esposo enfermó gravemente, el mayor problema de la exposición a pesticidas no es la intoxicación aguda, sino los efectos crónicos de los agrotóxicos, que surgen de las pequeñas dosis que recibimos con cada aplicación”.
“Nuestros hijos de 10 y 13 años, mi esposo y yo las recibimos. En Argentina no se respetan los derechos a un ambiente sano, ni los Derechos Humanos ni los fallos judiciales", completó Monsalvo.
Esta familia presentó un amparo con base en los Derechos del Niño para que se alejara la fumigación tóxica de su casa, y en agosto de 2012 la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires les otorgó 1000 metros de prohibición de fumigar sobre el área poblada, en todo el partido de Alberti.
"Pese a este fallo, la intendente de la ciudad (NdelaR: Marta Médici) otorga permisos para aplicar agrotóxicos a cien metros de las casas. Están destruyendo al mundo con esto, con nosotros los habitantes fumigados dentro", cuestionó Cristina Monsalvo en la misiva que Gómez le entregó a Francisco.
Además de otras ciudades de Argentina, como Mercedes, Venado Tuerto, Santiago del Estero, Basavilbaso y Misiones, se sumaron también casos de México y Paraguay. Como el de los afectados del Barrio Los Naranjos de Ñemby, cuyas familias sufren desde el año 2002 la contaminación que emana de la planta Chemtec SA, fraccionadora y formuladora de productos agrotóxicos, situada a metros de una escuela pública, la Nº 5596 de San Pedro y San Pablo.
Las denuncias incluyen la fuga de productos químicos en los años 2004 y 2007, cuando las víctimas debieron ser evacuados por desmayos y vómitos. "Con una maestra fallecida, tres vecinos con cáncer de estómago, uno con cáncer de piel, otro con cáncer de pulmón y dos por problemas cardíacos, suman siete las víctimas reconocidas", relató en su carta el profesor Hugo Céspedes Medina.
“En 2008 se tomaron muestras de sangre a 32 posibles afectados entre los 60 afectados, constatando al momento el fuerte olor que emanaba la fábrica, que congestionaba las faringe –añadió-. Dos personas presentaban nivel de colinestera sérica fuera del rango establecido, suficiente para determinar que estuvieron expuestos a plaguicidas organofosforados”.
La investigación de la Dra. Stela Benitez Leites, de la Cátedra de Pediatría de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), que también se adjuntó, demostró en 2010 el daño celular en los niños de la escuela lindante a la fábrica.
Denuncias penales y amparos de los vecinos fueron contrarrestados por directivos de la planta y autoridades con acciones de calumnias, injurias y pedidos de retractación que hicieron del caso una escandalosa violación al derecho a la salud que hasta la fecha no tiene culpables, sólo víctimas.
Los niños que habitan los países donde se desarrolla el monocultivo de soja y maíz transgénico, arroz, eucaliptus o pino, y otros sembradíos que necesitan aplicaciones de agrotóxicos, sufren de malformaciones, enfermedades respiratorias, leucemia y, en su mayoría, no llegan vivos a la edad de la adolescencia.
Las fotos de los pequeños muertos y afectados que la abogada Gómez adjuntó con estadísticas y estudios de científicos de Francia, Canadá, México y Paraguay, entre otros, son las mismas que acompañaron su denuncia al Parlamento Europeo y otros organismos internacionales.
"Santo Padre, si Ud. está leyendo esta carta, es porque habré cumplido otro sueño: dejar en sus manos copia de mi trabajo y de mi lucha, señaló Gómez en su misiva a Francisco. "Esperamos un pronunciamiento del Papa para las autoridades del mundo sobre la necesidad de la creación de una Corte Penal Internacional de Medio Ambiente”.
“Alertamos sobre el aumento de la exposición humana a los disruptores endócrinos. Asimismo, es imperioso el reconocimiento de las patologías ambientales, entre ellas la Sensibilidad Química Múltiple (MCS), Fibromialgia (FM), Encefalomielitis Miálgica (ME), Síndrome de Fatiga Crónica (CFS), etc., que son causa de la exposición a agentes químicos y a agentes físicos que actúan como tóxicos ambientales", añadió.
Graciela Gómez señaló ante NOVA que "en los años 50, el Dr. Theron Randolph, alergólogo estadounidense, reconocía estas patologías, y sin embargo sólo el Síndrome de Fatiga Crónica y la Fibromialgia están incluidos en la Clasificación Internacional de enfermedades OMS (CIE 10), pero no la Sensibilidad Química Múltiple, ni la Electrohipersensibilidad”.
“Por ello es necesario asignarle a cada una de estas enfermedades un código en las clasificaciones asociadas en la Clasificación Internacional del Funcionamiento (CIF), de la Discapacidad y de la Salud, como en la Nomenclatura Internacional de Enfermedades (NIE)", indicó.
"Asimismo, la Organización Mundial del Trabajo (OIT) deberá incluir ambas patologías en los listados de enfermedades profesionales, que en numerosas ocasiones son una causa laboral", manifestó al arribar a Argentina.
La tesis de la socióloga Rita Ghiringhelli, afectada de SQM y residente en Busto Arsizio, Italia, quen programó y organizó el viaje a Italia de la abogada, también fue entregada personalmente al Papa Francisco.
El recorrido de la Dra. Gómez incluyó una visita al Policlínico La Torre, en Turín, cuyo Director es el oncólogo e inmunólogo Maurizzio Grandi, reconocido internacionalmente y laureado con la Medalla de Oro de la Oncología en Roma, especialista en medicina laboral, hematólogo y profesor de Antropología en la Universidad de Estrasburgo.
Grandi fue entrevistado por la abogada Gómez sobre los tratamientos que realiza a afectados de cáncer y del Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple. Por su parte, el especialista invitó a la letrada a formar parte del Concejo Consultivo del Proyecto Apeirón del Policlínico.
El viaje de Graciela Gómez continuó por los lagos de Lombardía, en Lecco, para partir luego hacia Berna, Suiza. Barcelona fue el destino final durante tres días, completando un viaje de más de una semana y media a lo largo de tres países. “Imposible es nada”, había señalado antes de emprender la marcha hacia el encuentro con el Papa.
Funte : NOVA ARGENTINA
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