Los ibarlucenses ya no quieren más “mosquitos” fumigadores dentro y cerca del casco urbano.
Vecinos de Ibarlucea dicen "basta" a las fumigaciones con agrotóxicos.
Tomas Bondino- La Capital
Ibarlucea.— Por tercera vez, vecinos autoconvocados de esta localidad junto a la ONG Ecos de Romang, enviaron una nota al presidente comunal, Juan José Prino, para reclamar su intervención en cuanto a las fumigaciones a corta distancia del casco urbano y el manejo de agroquímicos dentro del mismo, en virtud que no existe ninguna ordenanza local que regule al respecto ni que adhiera a la ley provincial vigente (11.273). El reclamo responde también a la preocupación de los pobladores ante la libre circulación por las calles de los llamados “mosquitos” fumigadores y la detección de agrotóxicos en la sangre de un niño de 9 años.
La primera misiva, acompañada con más de 50 firmas de vecinos y remitida también a la Defensoría del Pueblo de Santa Fe y a la Comisión Nacional de Investigación fue enviada al mandatario el 17 de septiembre último, y en ella exigieron la “urgente prohibición de la circulación de esos equipos de fumigación en un radio mínimo de 1.500 metros de la zona poblada o urbana de nuestra localidad” y “garantizar una zona de resguardo ambiental que tenga un eficaz cumplimiento y acatamiento”. También piden “la urgente reglamentación vía ordenanza” de estos puntos.
El 22 de septiembre último, el jefe comunal recibió a los vecinos en su despacho, donde comunicó el grupo autoconvocado: “Se tuvo la oportunidad de ser escuchados y expresamos nuestras inquietudes”. La Intendencia se comprometió a tomar cartas en el asunto y a convocar a un nuevo encuentro a la brevedad, pero no cumplió, por lo que los vecinos y ONGs se lo recordaron en una segunda carta, el 7 de octubre último, también sin eco. La tercera nota exigiendo la atención del mandatario y una reunión de la comisión vecinal para tratar el tema fue presentada la semana pasada y aún no hay respuesta.
Intoxicados. Los resultados de los análisis practicados a un niño ibarlucense de 9 años para detectar piretroides en sangre fueron contundentes: en su organismo hay 1,4 ppb de lambdaciolatrina, un químico que se usa en insecticidas clasificados por el Senasa como clase 2, banda amarilla, es decir, nocivo para el hombre. Es que a dos cuadras de su casa, en un barrio periférico del casco urbano fumigan campos sembrados.
El niño debe recibir tratamiento en el área de Toxicología del hospital Víctor J. Vilela de Rosario, donde también están estudiando el funcionamiento de su hígado y riñones, para evaluar secuelas. Con estos resultados, desde el nosocomio elevarán un informe a la comuna de Ibarlucea. Desde ya, los profesionales “me dijeron que sus malestares y el veneno detectado en la sangre no se irán mientras sigan fumigando cerca de la casa”, comentó a La Capital su mamá, Celeste, quien teme también por la salud de sus otros dos hijos de 5 y 3 años, que “también cada dos por tres se enferman”.
Celeste atribuye gran parte de los padeceres de sus niños (fiebre, diarrea, malestar general, entre otros síntomas) a las fumigaciones, porque en general estos estados aparecen luego de esas prácticas en campos aledaños, y que usualmente se realizan por la noche. Cuando pidió a los responsables de los sembrados que no se fumigue tan cerca de su casa, le sugirieron que toda la familia “se encierre en la casa”.
Los vecinos comentan “que hasta el aplicador habría terminado descompuesto luego de una del último riego con agrotóxicos”.
Según consignaron los vecinos en una de las cartas enviadas a Prino, “los piretroides son irritantes locales y pulmonares. Dañan el sistema nervioso y en dosis muy altas provocan daño permanente y afectan los nervios de las extremidades. Los primeros síntomas son alergias, picazón intensa, manchas en la piel, sibilancias, broncoespasmo y dificultad para respirar”.
Sin legislar. La ley provincial 11.273 sobre el uso de fitosanitarios establece que todos municipios y comunas deben adherir a sus términos, a través de las ordenanzas correspondientes. Pero a 16 años de la sanción de la norma, esto se acató en pocas localidades como La Criolla, San Justo, San Martín Norte y San Jorge, y luego de grandes luchas de sus pobladores y defensores del medio ambiente.
En este sentido, la ONG Ecos de Romang, encabezada por la abogada bonaerense Graciela Gómez, acompaña estas causas y tiene por objetivo “lograr que todas las comunas y municipios de Santa Fe adhieran a la ley, ya que sólo un tercio ha legislado al respecto. “, afirmó la profesional.
Gómez apoya y asesora a los vecinos de Ibarlucea en su cruzada y responsabiliza a las autoridades locales por su inacción. “Hay muchas presiones en esto. El intendente es médico y sabe lo que dieron los análisis del nene intoxicado. Además, por ley de comunas tiene que pedir una reunión con la comisión y no la está haciendo” denunció.
“Hace 16 años que la ley está violándose, desconociendo el deber de velar por la salud de los vecinos y el incumplimiento de deberes de funcionario público”, sentenciaron los vecinos en el petitorio presentado el 17 de septiembre último.
Espera. En tanto, en la Cámara alta aún se evalúa una serie de modificaciones a la ley 11.273, especialmente en cuanto a las distancias de las zonas urbanizadas que los aplicadores deben respetar a la hora de fumigar, según la toxicidad del producto empleado y la técnica (aérea o terrestre).
Fuente : LA CAPITAL
Foto: Dra Gomez junto al niño de Ibarlucea en la Jornada de San Lorenzo.
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