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miércoles, 12 de octubre de 2011

12 de octubre: Nada que festejar

"El colonialismo visible te mutila sin disimulo: te prohíbe decir, te prohíbe hacer, te prohíbe ser. El colonialismo invisible, en cambio, te convence de que la servidumbre es tu destino y la impotencia tu naturaleza: te convence de que no se puede decir, no se puede hacer, no se puede ser."*

El derramamiento de la sangre y de las lágrimas: y sin embargo, el Papa había resuelto que los indios tenían alma:

"En 1581, Felipe II había afirmado, ante la ausencia de Guadalajara, que ya un tercio de los indígenas de América habían sido aniquilados, y que los que aun vivían se veían obligados a pagar los tributos por los muertos. El monarca dijo, además, que los indios eran comprados y vendidos.
Aquella violenta marea de codicia, horror y bravura no se abatió sobre estas comarcas sino el precio del genocidio nativo: las investigaciones recientes mejor fundadas atribuyen al México precolombino una población que oscila entre los 25 y 30 millones, y se estima que había una cantidad semejante de indios en la región andina; América Central y las Antillas contaban entre diez y trece millones de habitantes.
Manaba sin cesar el metal de las vetas americanas, y de la corte española llegaban, también sin cesar, ordenanzas que otorgaban una protección de papel y una dignidad de tinta a los indígenas, cuyo trabajo extenuante sustentaba al reino.
En tres centurias, el cerro rico de Potosí quemó, según Josiah Conder, ocho millones de vidas. Los indios eran arrancados de las comunidades agrícolas y arriados, junto con sus mujeres y sus hijos, rumbo al centro.
En la Recopilación de Leyes de Indias no faltan decretos de aquella época estableciendo la igualdad de derechos de los indios y los españoles para explotar las minas y prohibiendo expresamente que se lesionaran los derechos de los nativos.
A fines del siglo XVIII, Concolorcorvo, por cuyas venas corria sangre indígena, renegaba así de los suyos: No negamos que las minas consumen número considerable de indios, pero esto no procede del trabajo que tienen en las minas de plata y azogue, sino del libertinaje en que viven.
La “mita” era una maquina de triturar indios. El empleo del mercurio para la extracción de la plata por amalgama envenenaba tanto o más que los gases tóxicos en el vientre de la tierra.
No faltaban las justificaciones ideológicas. La sangría del Nuevo Mundo se convertía en un acto de caridad o una razón de fe.
En el siglo XVII, el padre Gregorio García sostenía que los indios : “eran perezosos, no creen en los milagros de Jesucristo y no están agradecidos a los españoles por todo el bien que han hecho”. *(Párrafo de "Las venas abiertas de América Latina" Eduardo Galeano)

Nada ha cambiado en el presente solo las formas de colonizar a los emergentes, aquellos a los que se puede endeudar, envenenar, usarlos de conejillos de indias y explotar sus recursos hasta que sangren de nuevo..La nueva burguesía de rentistas con 4x4 y los acartonados políticos vende-patria son los mismos de antaño, solo los diferencia el ropaje...

"En realidad, ahora lo sabemos, no existe burguesía en los países subdesarrollados. Lo que crea a la burguesía no es el espíritu, el gusto o las maneras. No son siquiera las esperanzas. La burguesía es antes que nada el producto directo de realidades económicas precisas".(Frantz Fanon)

Foto: Chavez regala el libro "Las venas abiertas de América Latina a Obama en la cumbre de Trinidad y Tobago.

1 comentario:

Anónimo dijo...

SIN DUDAS Y COMO DOCENTES DEBEMOS RESCATARLO, AUNQUE FUE LA PRIMERA PENETRACIÓN, AÚN HOY NOS SIGUEN PONIENDO EL FUEGO DONDE MÁS NOS DUELE...LA RAÍZ LATINONOAMERICANA!!!!

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