Lunes, 13 de Junio de 2011 17:16
El caso de un niño rociado con glifosato por un aeroaplicador recae como denuncia en la Defensoría del Pueblo de la Provincia de Buenos Aires la que deberá intervenir a pedido de la letrada Graciela Gómez. El menor luego del incidente se le declaró una leucemia que es tratada en el hospital Garrahan de la ciudad de Buenos Aires. La historia clínica de Juan Estanilao Milesi es un expediente de cuatro tomos. Lafamilia Milesi regentea un hotel de campo cercano a la ciudad de Mercedes rodeado de cultivos de soja.
José Milesi y Silvina Picchioni son propietarios del Hotel “El Tizón” en la localidad de Mercedes provincia de Buenos Aires, y su hijo fue rociado por una avioneta fumigadora. Los efectos del venenos están ampliamente estudiados pero además es repetido que aeroaplicadores fumiguen sobre viviendas.
Ante la reiteración José Milesi disparó al avión instintivamente. Hoy reconoce que está mal pero en el momento y ante la falta de controles no le quedó más remedio que defenderse. “Mi mujer metió al chico adentro y yo agarré la escopeta a repetición que tengo. Le empecé a tirar, no me importaba nada. Después de ver a tu hijo varias veces al borde de la muerte, te sentís impotente, te desesperás. Le tiré como siete u ocho tiros para alejarla. Menos mal que el tipo no abrió para fumigar, porque él estaría muerto y yo preso”, aseguró.
Mercedes carece de ordenanza que reglamente las fumigaciones, pero si la hubiere no hay quien controle. José Milesi está dispuesto a terminar con la situación y ha declarado a otros medios que volverá a dispararle al avión y que no le importa ir preso. Los campos que rodean al Tizón son estancia “La Choza” de Alberto Nazar Anchorena, al norte se encuentra el campo del Sr Alberto Gonzalez, al oeste se encuentra el campo de Sebastián Sarubes y Ana de Sarubes, al noreste el campo de Mónica Tisnet de Paola.
A su vez en la provincia se estudia la reforma del Decreto N° 499/2001 reglamentario de la Ley de Agroquímicos N° 10.699, con el objeto de establecer una distancia de tan solo 300 metros para las aplicaciones terrestres.
“Repudio las distancias propuestas desde la cartera del Ministro de Asuntos Agrarios Ariel Franetovich que, según los medios, pretenden llevar la fumigación terrestre a solo 300 metros de los lugares poblados, cursos de agua y cualquier edificación rural o suburbana que la ley no contempla. Por lógica si el legislador puso como límites 2 km para la fumigación aérea y protege las colmenas situadas a 3000 mts de la zona de aplicación, es mayor la prevención que debe aplicarse en el caso de tratarse de seres humanos, adultos, niños, escuelas y toda la biodiversidad que la legislación buscó proteger, más allá de la interpretación que hoy se pretenda aplicar” dijo la doctora Gomez.
El caso de Estanislao es seguido por un equipo de médicos donde intervienen oncólogos, hematólogos, clínicos, infectólogos, cuya coordinadora es la doctora María Sara Felice.
El caso no es el único. En Pampa del Indio, Chaco, la comunidad qom denunció a la estancia Don Panos, propiedad de Eurnekian por una avioneta fumigadora que esparce agrotóxicos que luego caen sobre el terreno lindante, donde viven familias enteras.
Dos productores agrarios y un piloto de avión fueron juzgados por fumigar con plaguicidas en forma clandestina el barrio Ituzaingó Anexo, ubicado en las afueras de la ciudad de Córdoba, donde se denunciaron 200 casos de cáncer.
El glifosato, presentado por muchos como inocente está regando la nimiedad de 22 millones de hectáreas de territorio nacional, incluyendo gente.
FUENTE: ASOCIACIÓN ARGENTINA DE PERIODISTAS AMBIENTALES-(AAPA)-Medio&medio
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