(Sic: Frase de uno de los pocos periodistas que quedan en la Argentina ).-
Martes 15 de marzo de 2011
El 15 de Abril de 2010, nacía en la localidad de Bandera, Santiago del Estero (Dpto. Belgrano), Julieta Sandoval, hija de Alicia Jiménez, una madre trabajadora sometida a las constantes fumigaciones de los aviones que desparraman productos químicos usados por las empresas agrícolas para el control de “maleza”.
La pequeña Julieta, en su corta vida, no alcanzó a entender el por qué profesionales de la salud no le dieron protección, no conoció la actitud fría de políticos que acusaban a su madre Alicia de revoltosa por denunciar la contaminación, ni menos el egoísmo de gerentes que trabajan para compañías transnacionales que producen y usan esos elementos que la hicieron nacer con hidrocefalia y luego le quitaron la vida un día 13 de Diciembre de 2010.
Sólo 7 meses vivió Julieta y murió ante una sociedad amordazada. Le sobrevive Alicia Jiménez, una madre que habita en pleno corazón Sojero de la provincia de Santiago del Estero (Bandera), límite con Santa Fe, donde el monte es cosa de un pasado reciente que dio lugar a miles de hectáreas expuestas y deforestadas. Dicen que es el progreso de un modelo económico y actualmente promocionado por el propio empresario agrícola y ministro de la Producción Luis Gelid para la provincia de la Telesita, el Kakuy y las chacareras.
El vía crucis de Bandera a Santa Fe
Alicia vivió el transcurso de su embarazo entre Bandera (Santiago del Estero) y la vecina localidad de Tostado (Santa Fe). Un tramo de 52 km separan a ambas ciudades. Las ecografías ya les anticipaban a los médicos que el parto tendría que ser por cesárea. El nacimiento sólo confirmó el diagnóstico de los profesionales:“Señora tuvo una hija, nació flácida y con múltiples malformaciones”.
La hija de Alicia Jiménez había nacido con hidrocefalia, parálisis cerebral, facial y de las cuerdas vocales. “Múltiples malformaciones a causa de los agroquímicos que se usan en la zona agrícola donde vivo, según me dijeron los médicos que me asistieron en el parto. Tiene malformación de columna, cadera, brazos y manos. Los bracitos fueron operados y se los corrigieron con férula, pero los deditos no” relataba más tarde, la madre cuando desesperada buscaba ayuda para asistir a su hija recién nacida.
El caso fue conocido por la abogada Graciela Gómez quien viene investigando hechos que tienen que ver con malformaciones de recién nacidos y el ambiente donde son gestados, casi todos tienen un denominador común, zonas donde se aplica, mediante fumigación aérea, agroquímicos como el temible glifosato utilizado en las siembras de soja transgénica “el caso contrastaba con el de otra mamá que escondía a su hija con labio leporino y paladar hendido. Esta última, hija de un productor rural y cuya madre trabajó en la venta y almacenamiento de agroquímicos. Ocultar es más fácil que asumir la causa. Los hospitales, un eslabón en la cadena de omisiones, colaboran sin registrar los casos ni las estadísticas”. Señala la letrada en conversación con el periódico que canta la justa.
Las pruebas que adjunta la Dra. Gómez, donde además se incluye el caso de Julieta Sandoval, espresentado ante la UFIMA (Unidad Fiscal de Delitos Ambientales). Hasta el momento, el organismo abrió una causa de oficio y el Ministerio de Salud de la Nación pidió la conservación de las muestras del Hospital Garrahan, lugar donde también asistieron a la pequeña Santiagueña.
La pequeña niña, al nacer, había estado más de 2 meses internada en el Hospital Pediátrico Orlando Alassia de Santa Fe, ahí se le practicó múltiples traqueotomías por sus constantes cuadros de insuficiencia respiratoria pero se hacía necesario su traslado a Bandera donde se encontraba el resto de la familia de Alicia Jiménez “para ahí se comunican telefónicamente con médicos del hospital de Bandera para pedirles una ambulancia, pero fue denegada por el director Osvaldo Vitar quien contesta que la ambulancia no puede salir fuera de la provincia y tampoco estamos capacitados para trasladar pacientes traqueotomizados”nos cuenta la Dra. Gomez.
Finalmente es el Vice-Gobernador Ángel Nicolai quien interviene y se logra el traslado de la niña al hospital de niños Eva Perón (CEPSI) de la ciudad Capital “pero nunca pude hablar con él ni con el gobernador sólo con una secretaria” se lamenta Alicia.
Para los servidores públicos, Alicia es una madre jodida
Según los especialistas, las malformaciones que se han logrado registrar en algunos estudios estadísticos hechos por fuera del sistema de salud, tienen directa relación con la aplicación de agroquímicos, la mayoría de los casos se han detectado en las zonas de aplicación de glifosato y sus derivados. Es el propio presidente del colegio de ingenieros Agrónomos de Santiago del Estero, Juan Tula Peralta, el que ha denunciado cientos de casos de este tipo, en una de sus intervenciones de Mayo de 2009 señalaba “anualmente se desechan entre 600 y 700 toneladas de envases plásticos que contenían los pesticidas, que al no tener un tratamiento como residuo peligroso, llegan a convertirse en potenciales contaminantes de suelos y del agua”. Por su parte la Dra. Graciela Gómez dice “que el caso de Julieta no haya salido a la luz se debe al diagnóstico de los médicos de Santa fe: intoxicación por agrotóxicos. La verdad atentaría contra el modelo económico con una dependencia total de los agroquímicos” señala indignada la profesional, a dos meses del deceso de Julieta.
Recuerda además que “desde Capital Federal realicé llamados constantes al Ministerio de Salud de la Nación, quienes me comunican en forma inmediata al Ministerio de Salud de Santiago del Estero. Allí soy atendida por el Ministro de Salud y Acción Social Dr. Luis Martínez, quien tomó mis datos y prometió ocuparse del tema y al otro día mandó al secretario a recriminar a esa pobre madre por haber acudido a mi patrocinio y a los medios. Hasta hoy no le dieron ninguna ayuda ni la casa, esa familia no tiene dónde vivir…” enfatiza la Dr. Gómez.
Así recuerda Alicia Jiménez su encuentro con el Dr. Juan Carlos León, Director General del Interior de la Subsecretaría de Salud de la Provincia, cuando este la visita en Colonia El Simbolar: “En forma grosera e irrespetuosa me dijo que no recibiría ayuda de su parte por haber recurrido a los medios antes que a ellos, dando a entender que jodo demasiado y que hago una denuncia sin fundamento. Me hace firmar un papel por los medicamentos que me entregó y me dijo que una abogada de Buenos Aires, la Dra. Graciela Gómez les inició una demanda. Nosotros no tenemos la culpa que su hija haya nacido así, me dijo.
Asimismo, otro profesional de la salud que atendió y habilitó una sala del hospital de El Simbolar le recordó a León que Alicia había realizado múltiples gestiones buscando alivio a su situación: “La señora estuvo en todos los medios y ¿Ud. nunca se enteró?” A lo cual el Dr. León contestó: “No miro televisión ni leo los diarios”.
Amenazas oficiales
Los restos de Julieta fueron sepultados días después de su muerte pero, según Graciela Gómez, aún no terminaba el calvario de la pequeña “Me hicieron sacar el cadáver de la beba del cementerio de Bandera. Desde la Municipalidad, el director de cementerios, de forma denigrante, me dijo que lleve el cuerpo a la parte vieja, porque por ser pobre no podía pagar, Por ése motivo, una jueza de Añatuya de oficio abrió una causa cuando vio el programa de canal 26, la llevó a la morgue le hizo la autopsia, hicimos tantos reclamos que la volvieron a enterrar allí por presiones, porque no les quedaba otra” añade la profesional.
Y como si esto fuera poco, luego sucedieron las amenazas de personajes muy cercanos al propio Gobernador Santiagueño, Gerardo Zamora, así lo relata la letrada “un señor de nombre Mario Castillo, amigo personal del asesor del gobernador (de nombre Luis María) les mandó a decir, a través de un familiar, que nos van a hacer boleta como se hizo con otra familia de la localidad de Clodomira (Dpto. Banda). Por ese motivo yo presenté un Habeas Corpus para mi protección personal, aquí en Capital. La denuncia la retiraron en la comisaría por miedo y quedó en la nada, por eso se abusan con la gente humilde” explica.
Respecto a las responsabilidades deslindadas al proceder del director del hospital de Bandera cuando su homólogo de Santa Fe le solicitaba la ambulancia, Gómez es tajante “Es un abandono de persona, negligencia, incumplimiento de funcionario público, y ningún respeto por los derechos humanos ni por los derechos del niño. Quisiera que toda esa manga de delincuentes de cuello blanco, renuncien. Lo único que se merecen es la destitución y un buen juicio de resarcimiento cuyo monto nunca va a cubrir el daño que le han causado a ésa familia”.
Y agrega también “habría que preguntarle al intendente Oscar Gorosito, qué soluciones hay para estos pobladores en su gestión plagada de negación y de obsecuencia para tratar tres veces una ordenanza que regule el manejo de los venenos sin llegar a un acuerdo porque los señores feudales del pueblo presionan para que todo siga igual. Donde las tres pistas de aterrizaje para los aeroaplicadores parecen más importantes que el hospital y donde la pista de karting se asemeja a un centro de acopio de Agrolimpio, con el kartódromo marcado con bidones vacíos de glifosato” termina diciendo la profesional.
Antecedentes Históricos del agente naranja
El documento Glifosato y transgénicos en el mundo del observatorio de las empresas transnacionales, rescata que en la segunda guerra mundial una estrategia pensada por el ejército de EE.UU para vencer al ejército japonés fue la destrucción de las cosechas de arroz utilizando un herbicida potente.
Se realizaron investigaciones que dieron como resultado el desarrollo de dos herbicidas combinados: el 2,4D y el 2, 4, 5-T, más conocido como agente naranja. Del segundo defoliante surgió un producto derivado; el TCDD, una dioxina.
La exposición a altas concentraciones de dioxinas causa lesiones cutáneas, tales como acné clórico y manchas oscuras, así como alteraciones funcionales hepáticas si el tiempo de exposición es breve. En tiempos prolongados puede provocar alteraciones inmunitarias, del sistema nervioso en desarrollo, del endocrino y de la función reproductora.
Dentro de los subgrupos sensibles, el feto es particularmente sensible a la exposición a las dioxinas. El recién nacido, cuyos órganos se encuentran en fase de desarrollo rápido, son más vulnerable a algunos efectos.
A principios de los años sesenta, Monsanto ,Dow Chemicals, Diamond Shamrock Corporation, Hercules Inc, Uniroyal Inc., T-H Agricultural & Nutrition Company y Thomson Chemical Corporation, producen herbicidas que contienen TCDD a pesar que las investigaciones médicas de la OMS (Organización Mundial de la Salud), la EPA (Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos) y diversos grupos de científicos independientes establecen de forma incuestionable su altísimo grado de toxicidad provocando cáncer, malformaciones congénitas en el feto y modificaciones genéticas.
A mediados de la década del ‘70 se comienza a comercializar el herbicida Roundup producido por Monsanto, el cual contiene grandes cantidades de glifosato, pasando a convertirse en el herbicida más vendido del mundo.
Finalmente el agente naranja se probó en un atolón del Pacífico y debido a su altísima nocividad no fue utilizado. Años más tarde si se utilizo en la selva Vietnamita para descubrir a la resistencia escondida allí.
Toneladas de Roundup y de Roundup Ultra han sido diseminadas en Colombia, durante la guerra de la droga de 24 años. El uso de estos herbicidas ha producido quejas por problemas de salud de los campesinos del campo colombiano. Esas quejas han sido ignoradas en su mayor parte por los funcionarios gubernamentales en Washington y por Monsanto.
Fuente DIARIO EL COYUYO SANTIAGO DEL ESTERO-ARGENTINA -EDICIÓN MARZO 2011
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