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lunes, 16 de febrero de 2015

Los agrotóxicos truncaron otra vida


Lunes 16 de febrero de 2015

María Helena Benítez “Leni” falleció el pasado 2 de febrero en el Hospital de La Plata (Argentina) mientras esperaba un trasplante de médula ósea, una operación que no se realiza en el país. Los familiares cuentan que los propios médicos les informaron que la aplasia medular severa que padecía la joven atleta es una enfermedad que según investigaciones tiene sus causas en agentes químicos, pesticidas, herbicidas, fármacos y radiaciones ionizantes.

Carta de su hermano, "Océano de Tristeza" :

-"A finales de octubre del 2014, en un hotel humilde de Argentina, a más de 1.000 km de nuestro país, buscando una esperanza de vida, quiero contar a quienes les interese una breve charla de las tantas que he tenido con mi hermanita del alma, LENI, después de semanas de lucha por la vida y días de discriminación. En esa oportunidad le dije “qué muchas cosas vivimos y escuchamos, hermana, en todo este tiempo”, y ella me respondió “siii, muchas cosas que no sabía pasan, hermano”, a lo que agregué que “algún día tendríamos que contar esto”, y ella me respondió que “cuando volvamos, hermano, ahí sí vamos a contar”…

En honor a ella escribo algunas experiencias que hemos vivido en todo este tiempo

Hoy, febrero del 2015, mi hermanita LENI ya no está. Se la llevo una enfermedad diagnosticada como Aplasia Medular Severa, una enfermedad que produce la desaparición de las células encargadas de producir sangre en la medula ósea, y que como consecuencia produce una disminución de los glóbulos rojos, blancos y las plaquetas y todas las consecuencias que ello trae consigo. Es una enfermedad cuya causa es difícil de identificar en un 80 % de los casos, pero que sin embargo existen estudios científicos que relacionan y vinculan sus causas a agentes químicos, pesticidas, fármacos, radiaciones ionizantes, etc. El trasplante de médula ósea es la vía conocida por la ciencia para sanar este mal.

Los síntomas se manifestaron inmediatamente y en el caso de Leni y, a partir de entonces, toda mi familia no ha dejado un segundo de movilizar todos los recursos de que disponía.

En todos los hospitales los médicos nos preguntaban si vivíamos en cercanías de plantaciones de soja o en contacto con químicos, o productos químicos que podrían estar en los alimentos. Hoy con más fuerzas que antes me destroza la conciencia de que en la ciudad que tanto queremos esté actuando algún agente químico que esté contaminando y generando enfermedades en la sangre o cáncer, etc., en familias pilarenses (no tengo certeza científica). Personalmente no tengo dudas de que eso podría estar ocurriendo por las informaciones y enfermedades que se están presentando en jóvenes y adultos.

A Leni se la llevó un producto químico producido por el hombre. Se la llevaron a sus 16 añitos cumplidos el sábado 20 de diciembre del 2014 en una fría sala de un hospital en el extranjero, lejos de sus amigos, de su familia, lejos del deporte que tanto ama, lejos de sus compañeros, compañeras y amigas que rezaban por su recuperación, así como se lleva a cientos de niños y enluta a familias enteras en varios lugares del país.

Una de las tantas experiencia duras que vivimos fue ver impotente a uno de los tantos paraguayos, Alfredito, niño de 10 años de Caaguazu, de familia campesina que vivía cerca de los sojales, a quien mi hermanita Leni conoció en el hospital de clínicas (pintaban juntos en los pasillos). Él sufría también aplasia medular y escuchábamos diariamente sus gritos de sufrimiento por los dolores en el estómago a consecuencia de infecciones. Este niño gritaba suplicando dosis de morfina a las enfermeras, y falleció en una madrugada de octubre 2014, sin ninguna esperanza de vida porque en este país que tanto DUELE ningún hospital público hace trasplante de medula ósea. Tanto DUELE porque es el único país en la región que no cuenta con trasplante de medula ósea, tanto DUELE que sus niños y madres griten de dolor y sufrimiento todos los putos días del año por enfermedades que pueden ser curadas. Alfredito no tuvo durante meses un medicamento (ciclosporina) que estaba presupuestado pero que no habían llamado a Licitación en la institución pública encargada (INAT). Claro, cómo son los hijos de trabajadores y humildes quienes van a los hospitales públicos, no importan en este país que tanto DUELE…Como dijo mi hermanita Leni “cuando volvamos hermano, ahí sí vamos a contar”.

A finales de octubre los médicos de hemato-oncología del Hospital de Clínicas nos informaron que tendríamos que llevárnosla a LENI a otro país porque ya no había nada que hacer en Paraguay (les agradecemos). Había fracasado el tratamiento. La incertidumbre era infinita. De urgencia la trasladamos a Argentina con una doctora del hospital de Clínicas que gentilmente nos acompañó y que sufrió con nosotros la discriminación para el ingreso al Hospital Garrahan por ser extranjeros y estar llenos de paraguayos. Nos decían los médicos argentinos que no podían creernos que en Paraguay no se hacía el trasplante de medula ósea en los hospitales para niños del país. Luego de varios intentos poco dignos, y llevando a la práctica escenas aprendidas posiblemente en la clase de teatro del colegio que tanto queremos en la familia el CREP (incluida LENI), logramos entrar vía emergencia.

El Hospital Garrahan estaba abarrotado de niños paraguayos, quienes utilizaban 49 camas de alta complejidad y otras decenas de camas en salas comunes. Muchos logran traer de vuelta vivos a sus hijos, otros, como mi familia, no. Sin lugar a dudas las prioridades son los niños y niñas de ese país y, como extranjeros, no tenemos mucho porqué protestar, solo agradecer lo que no hay en nuestro país.

En el marco del dolor mientras escribo esto, recuerdo a Sonia, una madre paraguaya joven con una hija internada en el mismo hospital que Leni, con quien nos encontramos casualmente en el consulado paraguayo en Buenos Aires. Esta madre lloraba y trasmitía tanta tristeza en el lugar que, con sólo mirarla, generaba indignación. Nos comentó que tenía a su hija de año y ocho meses en terapia intensiva luego del trasplante de hígado, que estaba sin recursos económicos y con el donante de la niña (el papá) también delicado sin nada para comer ni lugar dónde dormir, y el consulado no tenía presupuesto (no podría ser de otra manera). Esta familia, como la mía, al final tuvo que llevar a su hija de regreso en un féretro. De estas historias hay muchas y que, por cierto, no se cuentan. Intuyo que no se cuentan porque aunque haya negligencia médica no tenemos derechos. Como dijo mi hermanita Leni “cuando volvamos hermano, ahí sí vamos a contar”.

Tantas cosas pasamos y vivimos con otras familias tan lejos de nuestro pueblo. En estos días de tanto dolor, ya en Pilar, tuvimos la posibilidad de hablar con la hermana de una vecina de 17 años que falleció hace aproximadamente 1 mes por la falta de recursos básicos de terapia intermedia, pero no en el extranjero sino en Pilar. Comentaba el dolor que pasó su hermana. Saber del grito de dolor es terrible. Sólo escuchar eso me hacía recordar los dolores de mi hermanita cuyos ojos color cielo estaban llenos de esperanza de vida, como miles de niños que deberían ser protegidos por el Estado y la sociedad. Indigna tanto dolor, que hasta parece ser un llamado de nuestros niños y niñas que nos gritan a todos y en todas partes.

Amo este país, tanto como mi hermanita del alma Leni lo amaba. Ella, que estaba llena de alegría, sonrisas y travesuras como muchos niños y niñas hoy. Pero así también odio profundamente a quienes asesinan a nuestros hijos y a quienes amamos, de cualquiera de las formas, contaminando el agua, los alimentos o robando al Estado o desde el propio Estado. Solo espero que mi pueblo despierte de ese sueño embrutecedor en el que vivimos y exijamos que investiguen que MIERDA ESTA PASANDO, ninguna familia merece pasar por lo que hemos pasado, ninguna familia en Paraguay merece tanta tristeza.

Te extraño LENI mi amiga, mi hermana, mi luz, te amo con toda mi alma.
Autor: Víctor Hugo Benitez hermano de María Helena Benítez “Leni”..

Especial para Ecos, Hugo Céspedes, Coordinadora de Víctimas de Agrotóxicos, Barrio Los Naranjos, Ñemby, Paraguay

4 comentarios:

Unknown dijo...

Apreciable amigo: creo en todo cuanto me dices, si, pero esto no es solamente en tu país, es en toda la tierra la que está envuelta en una clase de personas que roban los medios para ellos y, a si los que gobiernan las cuales son ellos y,solamente ellos son los que pueden vivir y a la clase pobre no que queda nada, solamente morir de pena y, ver como las personas queridas se mueren por falta de recursos. este mundo está al borde de la destrucción y, si no ponemos medios, los ricos terminaran con todos nosotros. ¡Muchas mentiras y el pueblo muriéndose de hambre.Si después de tantos sufrimientos fuesen al cielo, aun sería un alívio, pero no,hay cielo, solamente hay infierno para los pobres y los ricos son los que arriman leña para quemarnos

Pedro alfonso dijo...

Yo soy pedro alfonso diagnosticado también aplasia medular en el hospital de clínicas de Paraguay me dolió mucho leer tu relato y a la vez me da miedo yo este diciembre de 2015 espero dejar está enfermedad como un recuerdo en uruguay me dijeron que tengo grandes posibilidades averiguamos y es gratis y es una tristeza que acá no haya nada

Pedro alfonso dijo...

Yo soy pedro alfonso diagnosticado también aplasia medular en el hospital de clínicas de Paraguay me dolió mucho leer tu relato y a la vez me da miedo yo este diciembre de 2015 espero dejar está enfermedad como un recuerdo en uruguay me dijeron que tengo grandes posibilidades averiguamos y es gratis y es una tristeza que acá no haya nada

Zero Biocidas dijo...

Muchas gracias Pedro y ten fé. El relato no es mío, es de un hermano de la niña fallecida. Gracias y mucha fuerza!

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